La de hoy es una entrada corta, pero ya veréis que es de lo mas útil, porque os traigo una mascarilla exfoliante que he probado y está genial, y como la crisis no ceja en su empeño de mandarme a vivir debajo de un puente pues no es plan de ponerse a comprar mascarillas caras, no señor, es hora de acudir a san google y de las cosas que vi por allí había una que no dejaba de repetirse, con distintas proporciones, mas o menos ingredientes pero con dos de ellos siempre presentes en una o en otra… si amigas, he dado con la mascarilla ideal para cuando me atacan los granitos como resultado de una comida mas pesada de lo habitual o simplemente porque para que irse a otro lado, vienen conmigo que hasta ahora no encontraba la solución para darles…ya me entendéis.
Aquí va la mascarilla que revolucionará mi vida
Mascarilla de miel y limón:
Tan fácil como cortar un limón por la mitad, exprimirlo en un tazón, agregar un par de cucharadas de miel, remover y listo.
Como la mezcla me quedó un poco líquida (que digo un poco, completamente líquida) lo que hice fue aplicármela con un disco facial de esos que siempre tenemos por casa, empapé el disco de algodón, me lo pasé repetidas veces por la cara y dejé que la mezcla actuara durante unos 20 minutos.
Luego procedí a retirar con un poco de agua tibia apliqué mi crema hidratante y listo.
Se supone que esta mascarilla no es agresiva y podríamos utilizarla todos los días, pero por eso de tener limón en su composición yo prefiero usarla un par de veces a la semana.
Truco: también puedes retirar la mezcla de miel con te verde.
Supongo que no he sido la inventora de esta mascarilla (si no, ya me estáis pagando por ella que una está en paro y estos inventos valen lo suyo) y si es así y alguien me aclara su autoría estoy encantada de poner su link en mi post, que no es plan de agenciarse cosas así a la buena.
0 comentarios:
Publicar un comentario